Pilar Coll Torrente, Peruana por decisión


Nació para estar de pie, valiente y decidida a cualquier hora. Ahí donde la necesidad del prójimo, la actividad solidaria o el afecto del amigo reclame su presencia.

Esta aragonesa, laica consagrada a la defensa de la vida en sus más dilatadas dimensiones, ha pasado 42 años haciendo el bien en nuestra patria.

Su trabajo en defensa de los derechos humanos, su pastoral carcelaria, su acompañamiento a las víctimas de la violencia política, su lucha por el caso de los miles de desaparecidos, sus esfuerzos por crear instituciones que velen por los últimos de la historia, los más humillados y ofendidos, su participación en las tareas de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, entre otras muchas acciones por la dignidad de todas las personas y en especial los más débiles, han valido para una serie de importantes reconocimientos.

No está de más recordar que el año 1992 el Rey Juan Carlos de España la distinguió con el Lazo de Dama de la Orden de Isabel La Católica; la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, de la que fue la primera Secretaria General, le otorgó en 1998 el Premio Extraordinario; Amnistía Internacional, Sección Perú, reconoció su labor el año 2000; el Ministerio de la Mujer en el año 2003 le entregó el Premio María Elena Moyano; en el 2004 fue propuesta, junto a otras valiosas mujeres, para el Premio Nobel de la Paz y el pasado año 2008, la Defensoría del Pueblo le entregó la Medalla del mismo nombre.

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